viernes, 2 de octubre de 2015

De Caligari a Batman (Parte 1)


Inés M. Michel*





Uno de los encantos del cine mudo deriva de que

los hechos que nos son presentados se imponen

con la fascinante certeza de lo irremediable.

Nada puede cambiar.



En las películas actuales,

las personas hablan. Por poco que sea,

parece que su palabra puede modificar el curso

de las cosas y que se precisa poco para que lo haga.



Jean Mitry


El expresionismo alemán nos regaló una estética sin precedentes que ganó un lugar importante en la historia del cine, representando lo surreal, los sueños y los fantasmas del imaginario social en imágenes torcidas, sombras alargadas y figuras envueltas por penumbra que fueron apoyo fundamental para una narrativa que establecería muchos de los paradigmas del cine de terror.



Das Cabinet des Dr. Caligari (El gabinete del doctor Caligari, Robert Wiene, Alemania, 1920), considerada como la primer película expresionista de la historia, se convirtió en un referente indiscutible del movimiento alemán que contribuyó a una época dorada del cine, donde exponentes como Fritz Lang, filmaron inolvidables secuencias que influyeron a todo el cine occidental, y a los nuevos géneros que se explorarían a partir de ahí.

Estéticamente, es fuente de análisis profundo y detallado, que nos lleva a deconstruir la atmósfera lograda por el filme, no en vano considerado como uno de los mejores en el género del terror de todos los tiempos.



Hermann Warm, quien había trabajado en escenarios para un teatro militar, fue el encargado de diseñar con la ayuda de los pintores Walter Reimann y Walter Röhrig, los sets y los decorados para esta historia.

La exploración los llevaría a pintar luces y sombras en las paredes y los pisos del set, así como a utilizar lienzos detrás de los actores como fondo.


Pero más allá de estos logros técnicos, el interés de mi trabajo es analizar el fenómeno espacial logrado en el filme y llevar dicho análisis hasta una cinta contemporánea que retoma los ambientes sombríos que magistralmente dibujara en 1920 el filme; me refiero a Batman: The Dark Knigth (Batman: El caballero de la noche, Christopher Nolan, Estados Unidos, 2008).  

Batman, el personaje gótico por excelencia, conocido a nivel de masas, representa a uno de los antihéroes más idolatrados por la cultura popular, y Gotham City (Ciudad Gótica), la ciudad ficticia del universo de DC Comics donde sucede la mayor parte de la historia de Batman, basa su arquitectura en Nueva York, pero exagerando y oscureciendo sus características.

¿Cómo relacionar la estética y la espacialidad de un filme como el de Wiene, con la película que inmortalizara a Heath Ledger como el inolvidable Joker, personaje que lo llevara al colapso y según algunos, a la muerte?

Ese es el reto planteado, partiendo del cine para aterrizar en un espacio tangible y cercano, presente en la realidad tapatía, que  hace un particular homenaje a la cinta alemana; se trata de Caligari, un café cultural, que logra además de homenajear a la película homónima, recrear el ambiente onírico y sombrío de la cinta.

Expresando a Caligari



Isaac Padilla, fanático de la película alemana que da título a este trabajo, es el creador de un concepto que retoma la estética de tan particular filme, plasmada en Caligari Café, un espacio ubicado en la calle Juan Manuel, de Guadalajara, Jalisco.

No hay más que pararse afuera de este establecimiento para iniciar un viaje sensorial que nos introduce paso a paso en el ambiente lúgubre, de paredes que se inclinan, sombras que se alargan y contornos distorsionados; pensado para darnos la bienvenida a un mundo oscuro y fascinante a la vez.


En la casa de una sola planta, se adaptaron los espacios disponibles para que cada uno de ellos sea representativo del estilo que se quiso evocar; una serie de elementos decorativos, así como detalles en los menús y las mesas complementan a la perfección el espacio, pero por ser los elementos arquitectónicos y la percepción espacial lo que más nos atañe en este momento, nos centraremos en estos elementos.



Dividida en tres áreas principales abiertas al público y dos más de uso exclusivo para el personal, la distribución del espacio, nos lleva de una habitación a otra por estrechas puertas que nos introducen en la distorsión de la arquitectura que deviniera en un estilo distinto, originado por la fusión de lo gótico con el expresionismo alemán. Al respecto David A. Becerra, nos explica:


El expresionismo es una corriente artística de principios del siglo XX, que se oponía al impresionismo y al naturalismo en su forma de representar la realidad, intentando expresar la visión interior del artista. En Caligari Café, la atmósfera sombría y pesadillesca hace un inteligente homenaje a una pieza de culto del cine mundial.

(…) En El Gabinete del doctor Caligari, observamos una impresionante deformación espacial      de las formas, un manejo similar a las propuestas realizadas en las grandes catedrales góticas de Europa. 




La llegada de Batman a la escena

Si bien, parece claro que estéticamente la propuesta de El gabinete es excéntrica y onírica, aún tenemos el último punto por enlazar, la atmósfera de una película contemporánea, que quizá pareciera desconectada de aquel año de 1920, Batman: El caballero de la noche. 

Realizada en 2008, a cargo del director estadounidense Christopher Nolan, esta súper producción se convirtió en un éxito inmediato de taquilla y reafirmó a la franquicia del antihéroe como una de las más redituables.

[Continuará...]




*La Otra I
 [atea, vegana, feminista,
lectora irredenta
a la espera del apocalipsis zombi
que dará sentido a mi existencia]

Twitter: @inesmmichel













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