(Carta abierta al Rector General y al Rector del CUCSH de la Universidad de Guadalajara)
J. Ignacio Mancilla*
En
un libro sin igual, El animal que luego
estoy si(gui)endo (Trotta, 2003), Jacques Derrida (1930-2004), el filósofo
de la deconstrucción pasa revista, críticamente, a la idea hegemónica,
filosófica y psicoanalíticamente, de que el animal es incapaz de responder.
Su
apreciación considera, incluso, a quienes elaboran mejor este paradigma; ya
desde la filosofía o desde el psicoanálisis, como Martin Heidegger (1889-1976),
el pensador del Ser o Jacques Lacan (1901-1981), quien radicaliza el corpus freudiano, retornando, en cierta
medida, a él, pero también yendo más allá...
Contra
argumentando finamente, el intelectual argelino llega a preguntarse, haciendo
tambalear, fehacientemente el antropocentrismo, que él mismo llegó a definir
como Antropo-Logo-Falo-Carno-Centrismo; ello a través de la pregunta que se
formula y nos plantea en aras de la reconsideración más radical sobre lo
animal:
¿Y
si los animales respondiesen?
Este
profundo cuestionamiento nos obliga a replantearnos, ya, sin coartadas, las
relaciones de los seres humanos con los animales, pues los últimos siguen
siendo las presas inermes de las crueldades de los primeros.
Tarea
nada fácil, por supuesto, y que hoy ya es inaplazable.
Pero,
como todo pensador auténtico, no se
contentó con este drástico litigio; en su último Seminario (2001, 2002 y 2003),
ya publicado en español por Editorial Manantial (2011), con el título de La bestia y el soberano, lleva su
polémica al extremo, colocando tanto a la bestia como al soberano como entes
fuera de la ley; emparentando, de ese modo, a ambos.
Y
es en el contexto de ese Seminario, ya casi al final, que tiene una pesadilla,
en la que se sueña como convocado a juzgar a personajes de la talla (¿habrá que
decir de la calaña?) de Bush, Aznar, Blair, Sadam Husein (incluso al Papa, Juan
Pablo II), etcétera.
Y
mediante una interrogación compleja, que retoma prácticamente toda la historia
de la filosofía y también del psicoanálisis, define al ser humano como
siniestro (Unheimlich), no
precisamente en tanto el humano se aparta de la razón, sino porque éste posee
incluso lo que llama, siguiendo a Aristóteles, Logos Apophantikós.
No
puedo, en este texto, que tendría la figura de una carta abierta, dar un
adecuado seguimiento a esta más que interesante querella, pero si quiero
consignarla, explicitarla; pues, en otro orden de cosas más doméstico, hace
algún tiempo dirigí otra misiva al Rector General de la Universidad de
Guadalajara , Tonatiuh Bravo Padilla, exactamente el 18 de agosto de 2014, con
respecto a algunas decisiones que nos afectaron laboralmente, cierto que se dio
marcha atrás, pero la amenaza laboral, sobre todo para las y los maestros de
asignatura, ha seguido latente.
Posteriormente,
el 14 de octubre de 2014, dirigimos, colectivamente, una petición al Rector del
Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, Héctor Raúl Solís
Gadea; todavía más, tiempo después, el 28 de noviembre de 2014, dirigimos otro
documento, tanto al Rector del CUCSH como al Rector General.
Siempre
relativas a medidas administrativas que han implicado un riesgo potencial desde
la perspectiva de nuestros derechos laborales y humanos; sobre todo, insisto,
el de las y los maestros de asignatura.
Y cabe decirlo públicamente, que ha sido el silencio lo que ha predominado, hasta
el momento. Lamentablemente, pese a nuestra insistencia de tener una respuesta
formal y por escrito.
Es
por ello que me digo, y retomando en este otro contexto la problematización
derridaniana, dirigiéndome de nuevo al Rector general de mi alma mater,
haciendo, en esta situación, un entreveramiento (mediación, dirían los hegelianos)
con el asunto de los animales, pues, recordemos que en ese ámbito, el problema
es:
¿Y
si respondiesen?
Esto
para la cuestión de la compleja relación entre los humanos y los animales.
Mientras
que acá, con respecto a las autoridades, siempre tan soberanas, en lo que
respecta al problema de la funcionalidad de la Universidad y la implementación
de medidas lesivas de nuestros derechos laborales, problemática en la que desde
hace tiempo estamos sumidos, en cuanto que las mismas autoridades se colocan,
por iniciativa propia, fuera de la ley (como las bestias, los ejemplos
paradigmáticos son el del hombre lobo y el vampiro, figuras por demás míticas
que tampoco puedo analizar aquí), nuestra pregunta, pública, podría ser
formulada del siguiente modo:
¿Y
si no responden?
Guadalajara
Jalisco, a 15 de mayo de 2015 (Día del maestro).
*J. Ignacio Mancilla
[Ateo, lector apasionado,
militante de izquierda (casi solitario).
Lacaniano por convicción
y miembro activo de Intempestivas,
Revista de Filosofía y Cultura.]
FB: Juan Ignacio Mancilla Torres
[Ateo, lector apasionado,
militante de izquierda (casi solitario).
Lacaniano por convicción
y miembro activo de Intempestivas,
Revista de Filosofía y Cultura.]
FB: Juan Ignacio Mancilla Torres
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